De quien se piensa eterno

❀ koan ❀

— Pequeño saltamontes, ¿es de sabios pensarse eterno?

— Solo en caso de que seas sabio, y te gobierne el tiempo.

— ¡Maestro! — El cenobita partió del lado del pequeño saltamontes con una reverencia, y despertó a la realización de la ilusión del tiempo.

Algunos años después, el hasta hace ese entonces cenobita, envió al monasterio una carta de abdicación a los preceptos budistas, en la cual adjuntó, el siguiente poema:

Os sosegáis en silencios
que se escuchan a lo lejos.

Os apartáis del ego humano,
en ritos muy bien pensados.

¡Salid del Zendo,
en tiempos inciertos,
a escuchar caer,
los copos de invierno!

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Fredo Velázquez PhD

Irreverentes, polémicas, divertidas y filosóficas reflexiones.